Historia de la imagen2018-12-14T06:18:21+00:00

El Paso de La Dolorosa de Pamplona

D. Ramón Reta Munárriz Ex-Prior de la Hermandad de la Paz y Caridad

Es el más antiguo de los pasos procesionales de Pamplona, el único que no es propiedad de la Hermandad de la Pasión del Señor, ya que pertenece al Ayuntamiento.

Su autor fue D. Rosendo Nobas y Ballbé (1838-1891), alumno de la Escuela de Lonja y profesor de ella desde 1877 y el mejor discípulo de los Vallmitjana. Realizó una gran cantidad de bustos y monumentos y destacó como restaurador de la técnica de la terracota.

El nacimiento “indirecto” de la actual Imagen de Nuestra Señora de Los Dolores o “La Dolorosa”, como es generalmente conocida, puede considerarse cuando el día 21 de julio de 1867, en la localidad de Tolosa, la pamplonesa doña Sofía Villanueva Armendáriz, viuda de 30 años de edad, hizo testamento, en el lecho de la muerte, murió el 27 del mismo mes. Esta piadosa y devota de la Virgen Dolorosa, dejó testado “un manto de terciopelo negro, bordado en oro, con su correspondiente cola, para la Virgen Dolorosa que está en la iglesia de San Agustín y que sale en procesión el día de Viernes Santo” o en su defecto 10.800 reales de vellón.

Cuando se cobró, quince años después, dicha manda, 10.800 reales, el Ayuntamiento encargó dicho manto a la casa Roca y Casadevall de Barcelona. A la vista de la suntuosidad del manto se pensó que la anteriormente citada imagen de La Dolorosa no estaba en consonancia con este manto y, es por eso, por lo que se encargó una nueva talla a D. Rosendo Nobas y Ballvé. De aquí el nacimiento “indirecto” de la Imagen.

La talla completa la realizó en dos partes: Una primera en 1883 compuesta del busto y manos con brazos. La cara o busto, que estuvo expuesta en la Casa Consistorial provocó que se publicara en un diario local lo siguiente. “Hemos tenido el gusto de ver la nueva Imagen de La Soledad de María Santísima, que ha adquirido el Ayuntamiento y podemos asegurar que es una obra de arte verdaderamente notable. La cara es una escultura que puede hacer la reputación de su autor. Aquellas fracciones, contraídas ligeramente por la angustia, revelan un dolor profundísimo a la vez que resignado; sus ojos, que tienen una expresión indefinida, hacen guardar, al que los contemplan, que brotan raudales de lágrimas; al mismo tiempo que su mirada, dirigida al cielo, recuerda que allí está el único lenitivo de todas las angustias y dolores. Hemos visto varias personas a quien la contemplación de la Imagen les ha conmovido profundamente”.

En ese año de 1883 se adaptaron, para la procesión de Semana Santa, las andas existentes tanto a las manos y cara de la Imagen como al nuevo manto. Como anécdota decir que no tuvo un estreno muy afortunado ya que a mitad de la procesión empezó a llover fuertemente y de la calle Zapatería tuvo que meterse por Calceteros a San Agustín. El coste de esta entrega (cara y manos) fue de 1.000 reales más 32 de transporte a Pamplona y 2 de subida al Ayuntamiento desde la estación de ferrocarril, esto es 1.034 reales o 258,50 pesetas.

El coste del manto, en todo su detalle:

Como puede comprobarse con los 10.800 reales de la herencia de Dª Sofia Villanueva, se pagaron el manto y la primera entrega de la Imagen de la Dolorosa.

La segunda entrega compuesta del cuerpo y extremidades la realizó el escultor el año siguiente, en 1884, en el mes de marzo. Su coste fue de 800 reales y 172 de transporte. Esto es, 243 Ptas.

Según esto es coste total de la Imagen fue de 2.026 reales o 506,50 Ptas. Durante mucho tiempo se ha dicho que la Imagen era de vestir y que solo tenía cara y manos. Como se puede ver, eso es falso. Algún historiador se quedó sólo con la primera entrega y así lo difundió. La confirmación de lo que estoy diciendo lo hago en el libro que escribí LA DOLOROSA DE PAMPLONA 1883-2010, en la página 16. Aquí se pueden ver las facturas del escultor y una foto de la Imagen “desnuda”, esto es, sólo la talla sin vestir. La talla es tan completa que tiene pelo, los pies con sus dedos y sus uñas. Los ante-brazos, hechos inicialmente con las manos, son desmontables y cuando se la viste para Semana Santa se quitan para meter el vestido y se vuelven a colocar.

Por lo tanto, la Imagen de nuestra DOLOROSA es una figura humana -no un armazón de madera con solo manos y cara- parecido a una pastorcilla. Aunque no se la ve, al estar vestida, tiene la pierna derecha ligeramente flexionada como si estuviera andando, dirigiéndose hacia la Cruz de su Hijo.

El Ayuntamiento, propietario de la Imagen, en reconocimiento a las labores realizadas anónimamente a la ciudad, encargó a la Hermandad de La Paz y Caridad para que fuera la portadora del Paso procesional de La Dolorosa. Desde entonces y a día de hoy, ininterrumpidamente, seguimos realizando dicha misión con gran honor y orgullo.

Inicialmente, en 1883, fueron cuatro los portadores de la Imagen, como ya he dicho de la Hermandad de Paz y Caridad. En 1884, con la Imagen ya completa, se pone una plancha de hierro como refuerzo. En 1885, se ampliaron para adaptarlas a la nueva figura de la Virgen y se puso un nuevo varal, pasando de cuatro a seis los portadores, tres por delante y tres detrás. Este trabajo lo realiza el taller Legaria y Andrés por un importe de 32,75 Ptas. En 1925, se tienen las primeras noticias del canto de La Salve popular, siendo párroco de San Lorenzo, don Marcelo Celayeta.

En 1928, se construyen unas nuevas andas diseñadas por D. Víctor Eusa, pasando a ser 12 los portadores, cuatro delante, cuatro en medio y cuatro detrás. La obra la realizan la empresa Arrieta y Compañía por un importe de 10.000 Ptas. Las medidas son: 2,90 mts. Largo por 2,10 de ancho. En 1933, durante la II República, siendo alcalde don Nicasio Garbayo Ayala (tio del que luego sería alcalde accidental de Pamplona y Prior de la Hermandad de la Pasión, don Javier Rouzaut Garbayo), cedío los derechos de la Imagen de La Dolorosa a la Hermandad de la Pasión del Señor.En 1937, el Ayuntamiento reclama su devolución.

En 1942, se construyen unos caballetes para que el paso se pueda apoyar en el suelo, lo que ocasiona que desaparezcan los 4 portadores que van debajo del paso. Para suplirlo se alargan los varales existentes con el fin de que puedan ir 8 portadores delante y otros 8 detrás.

En 1951, con el asesoramiento de D. Víctor Eusa se reforma el alumbrado creando 4 candelabros, uno en cada esquina, de 21 brazos pasando a 120 velas, realizado por el industrial catalán Sr. Corberó con un coste de 55.000 Ptas. Y se añade un tercer piso donde se alojará a la Imagen, con el fin de que destaque su visión al público. Realiza la obra Talleres San Fermin, por un importe de 10.035 Ptas. Esto supone meter 4 portadores debajo del paso, por lo que se aumenta a 20 su número.

En 1960-61, aquel manto heredado de Dª Sofía Villanueva, tiene ya 78 años y su estado es lamentable por el uso de tanto año. El Ayuntamiento ve la necesidad de cambiarlo pero no dispone de recursos económicos. Se le ocurre la idea de aportar una cantidad inicial 25.000 Ptas. y que sea el pueblo, que tanto quiere a La Dolorosa, que por suscripción popular, cubra parte del coste. El resto lo pondrá el Ayuntamiento. La suscripción llegó hasta 242.520,25 Ptas. El coste del manto ascendió a 375.000 Ptas. Se aprovechó para confeccionar también un vestido a la Imagen con un coste de 50.000 Ptas. Todos estos trabajos los realizaron las Madres Adoratrices de Pamplona. Para dar cabida al nuevo manto en el Paso procesional, hubo que aumentarlo en 0,80 m. la largura y reducir en 10 cm. la anchura y se eliminan los 4 candelabros creados en 1951. Estos cambios motivan que en la parte de debajo del Paso, que iban 4 portadores pasen a ser 8 con lo que se adquiere la estructura actual de 24 portadores, 8 delante, 8 debajo del paso y 8 detrás. Aunque sólo lo llevan 24 portadores el número que van son el doble ya que se relevan en su recorrido. El trabajo del Paso lo realiza Talleres San Fermin por un importe de 75.000 Ptas. En 1963, El hábito de los portadores, hermanos de la Hermandad de la Paz y Caridad, es de tela con caperuza morada y túnica negra. El Ayuntamiento decide adaptarlo a los nuevos tiempos y cambia la túnica a raso de color verde (bandera de Pamplona), caperuza amarilla, lo que va mejor con el verde, figurando en la misma el escudo de la Cruz de Jerusalén con el escudo del Ayuntamiento en el centro.

En este año se reforma la capilla donde descansa la Imagen durante todo el resto del año, menos Semana Santa. En ella pinta un lienzo el popular artista Lozano de Sotés. En 1974, el restaurador D. José María Rodriguez Azcárate, hace un adecentamiento, limpieza y arreglo de la Imagen de La Dolorosa. Limpieza de cara y manos y arregla una grieta existente en las manos.

En 1990, se hace una nueva reforma en la capilla de La Virgen. Se hacen mejoras de cara a la seguridad de la Imagen, construyendo un camerino cerrado con cristal blindado. Es el que existe actualmente. También en este año se realiza un arreglo en las manos de la Imagen. Lo realiza el mismo restaurador D. José María Rodriguez Azcárate. Con el fin de iluminar la cara de La Dolorosa cuando va en procesión, se le colocó una pequeña bombilla a tal efecto. Con el tiempo fue perjudicial ya que las dañó. En 1995, el restaurador D. José Maria Rodriguez Azcárate, junto con su equipo de colaboradoras, procede a una limpieza profunda del manto, hay que tener en cuenta que éste tiene más de dos mil palmas bordadas en oro. Hubo que limpiarlas una a una, con un producto especial que se tardó un tiempo en dar con su composición. Trabajo de varios meses.

En 2000, se recuperan las 4 luminarias que puestas en 1951 fueron eliminadas en 1961. Esto supone un aumento de peso superior a 200 kg. que lo asumen los portadores, por lo que no aumenta su número. Ya dije anteriormente que las manos y brazos de la Imagen se quitan en el momento de vestir a la Virgen con sus mejores galas para los desfiles procesionales de Semana Santa. Tanto va el cántaro a la fuente… lo que no ocurrió en muchísimos años lo hizo este, se cayeron las manos, por un despiste y se soltaron.

Debo decir que las manos y ante-brazos (hasta el codo) forman un solo conjunto ya que las manos están entrelazadas. En esta ocasión se soltaron. Las tuvo que volver a entrelazarlas y encolarlas el restaurador José María Arce. Fue un trabajo difícil ya que en el momento de la caída, dado que estaban encima de la Semana Santa, se arregló de urgencia con una cola inapropiada.

Por ello, el restaurador, tuvo que limpiarlas eliminando dicha cola inapropiada, para que encajaran correctamente.

Por último recordar el lema de la Hermandad, que era lo que se les decía a los reos en sus últimos momentos:

“TEN VALOR Y CONFIA EN DIOS”